Vertido y distribución: En el primer paso se planifica cada operación, tras la cual se vierte y distribuye el hormigón recién impreso. A continuación, taladre agujeros en el hormigón para que la superficie del pavimento quede lisa. 

Tintado o tintura: Una vez la superficie del hormigón esté lisa y aún fresca, aplicarlo espolvoreando la mezcla de pigmento y mortero (aproximadamente 4 kg/m2) en el color elegido y espátula nuevamente. Esto asegura que todo quede impregnado e incrustado en toda la superficie del hormigón. El hormigón crea una capa laminada de color que es muy resistente a los daños. 

Acabado y encofrado: Para evitar que el encofrado se adhiera excesivamente al concreto y resulte en un acabado no deseado, se debe aplicar un agente desencofrante en toda la superficie antes del encofrado. Una vez aplicado el agente, se colocará la forma seleccionada. Una vez finalizada la impresión y pasado el período de curado, se procede al corte adecuado de las juntas de retracción, limpieza del piso y sellado e impregnación mediante aplicación de resina base solvente. 

Recomendamos repintar después de 3-4 años. Gracias a estos cuidados, la solera se mantendrá en óptimas condiciones durante muchos años.